Física de los rayos X
El término rayos X revela la incertidumbre sobre el conocimiento, que de su origen, se tenía en un principio sobre este tipo de radiación. Cuando en 1895, Roentgen, su descubridor, comprendió que el origen de los extraños fenómenos que empezaban a suceder al calor de sus experimentos con un tubo de rayos catódicos, se debía a la extraña acción a distancia que aparecía cuando él ponía en marcha sus experiencias, no tuvo más remedio que aceptar la evidencia y pensar que la luminiscencia que se revelaba en las placas de platino cianuro de Bario al hacer funcionar su tubo de rayos catódicos, era debida a unos curiosos rayos que denominó rayos X.
Estos rayos no sólo hacían emitir luz a las mencionadas láminas, sino que se descubrió que podían impresionar las películas fotográficas e incluso que tenían la sorprendente capacidad de atravesar la materia. Impresionado por su descubrimiento, poco tiempo después comunicó sus hallazgos al mundo científico. En aquella época nació una nueva era para la física con el descubrimiento de la radioactividad del radio, y los posteriores éxitos de la nueva teoría cuántica.
Hoy en día ya se conoce bastante bien el origen y comportamiento de los rayos X, su naturaleza electromagnética y su comportamiento dual. Son numerosas sus aplicaciones tanto en la industria, como en la medicina. En lo que a la industria se refiere los rayos X se utilizan como un medio para adentrarse en las grandes estructuras sólidas y averiguar posibles defectos internos que, sin el uso de la radiación sería muy difícil averiguar. En medicina no sólo se usan para diagnóstico médico por medio de las máquinas de rayos X convencionales o la más novedosa técnica de la tomografía axial computarizada, sino que se usan incluso para terapia, salvando vidas, como puede verse diariamente en un servicio de radioterapia.
Comentarios
Publicar un comentario