La radiología de tórax es una exploración básica para el médico de Atención Primaria. Su utilización es cada vez menor en favor de técnicas como la ecografía o la TAC (tomografía axial computarizada).
En esta serie de posts quisiera recuperar los conocimientos básicos que el médico debe dominar, por su gran utilidad en la práctica clínica diaria. Este mensaje se magnifica aún más en el caso de las consultas que atienden urgencias respiratorias, donde esta exploración es de utilidad diaria.
En esta primera publicación, quisiera centrarme en las dos proyecciones que se consideran básicas y necesarias para tener una visión del tórax desde puntos de vista distintos y no caer en posibles errores de interpretación que pueden producirse al valorar una estructura tridimensional (el tórax) en solo dos dimensiones.
1. Tórax frente o radiografía de tórax en proyección postero-anterior (PA)
Radiografía postero anterior normal
Figura 1: Radiografía postero-anterior normal. Adaptado del blog Dicas de Radiologia1.
Es la proyección más utilizada y básica en radiología torácica. Un haz de rayos X incide en el paciente por la espalda, para disminuir la sombra del corazón al acercarlo a la placa receptora (Figuras 2 y 3).
Hombre de espalda realizando una radiografia de torax
Figura 2: En la proyección postero-anterior, se coloca al paciente con el pecho en contacto con la placa receptora, con sus manos sobre las caderas, para desplazar lo más lateralmente posible las escápulas y que estas no alteren la imagen de los campos pulmonares1.
En la proyección PA el rayo entra desde la espalda. Cuando la pared anterior del tórax se apoya en la placa radiográfica, el corazón(ovioide azul) queda más cerca de dicha placa y por lo tanto está menos magnificado.
Figura 3:
En la proyección postero-anterior se minimiza la sombra cardiaca con respecto a la AP2. En la proyección PA el rayo entra desde la espalda. Cuando la pared anterior del tórax se apoya en la placa radiográfica, el corazón (ovioide azul) queda más cerca de dicha placa y por lo tanto está menos magnificado.
Se utilizará un haz de rayos X de aproximadamente 96 kV (rayos x convencional) o 110 kV (rayos x digital)1. Es un voltaje moderadamente alto, que no debemos despreciar a la hora de dosis acumulativas a lo largo de la vida del sujeto.
Criterios de calidad de la proyección postero-anterior
Penetración: el haz de rayos debe atravesar la densidad de la masa cardiaca, con lo que deben visualizarse las vértebras dorsales a sus tres, fundamentalmente a la hora de ubicar imágenes, lo que es de especial importancia en la valoración del mediastino y de zonas “ciegas” en la postero-anterior, como los hilios, los senos costofrénicos posteriores y el área retrocardiaca avés.
Colocación: para saber si el sujeto a estudiar se coloca bien centrado con respecto a la incidencia del haz de rayos X, mediremos la distancia entre el borde interno de las clavículas y la línea imaginaria que uniría las apófisis espinosas dorsales. La distancia a ambos lados debe ser la misma (Figura 4).
Radiografía del Torax: valoración del centrado
Figura 4: Valoración del centrado en Rx de tórax postero-anterior³.
Inspiración: debe observarse en el lado derecho el arco anterior de la sexta costilla o el posterior de la novena (Figura 5).
Valoración de la inspiración en la radiografía de tórax
Figura 5: Valoración de la inspiración en la rayos X de tórax. En el lado derecho del paciente, se han numerado los arcos costales posteriores en negro, y en el izquierdo, en azul, los anteriores4.
Visualización de los campos pulmonares de forma completa. La imagen debe incluir completamente ambos ápex y senos costo-diafragmáticos.
2. Tórax lateral o radiografía de tórax en proyección lateral
Radiografía de tórax lateral normal
Figura 6:
Radiografía de tórax lateral normal2
En la proyección lateral, el paciente eleva los brazos por encima del nivel de los hombros y coloca su costado izquierdo sobre la placa receptora. Buscamos con ello que el corazón se sitúe lo más cerca posible de esta, con el mismo fin que en la postero-anterior: minimizar su sombra y ajustar al máximo la imagen obtenida a su tamaño real.
La radiografía lateral nos da una visión espacial y complementa a la postero-anterior. Es fundamental a la hora de ubicar imágenes y es de especial importancia en la valoración del mediastino y de zonas “ciegas” en la postero-anterior, como los hilios, los senos costofrénicos posteriores y el área retrocardiaca (Figura 6). Recomiendo encarecidamente su petición siempre que se observen imágenes dudosas o para interpretación de posibles patologías, especialmente en la radiología en los Servicios de Urgencias.
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